Siempre puedes.
Porque no puedes, puedes.
Porque piensas que eres pobre, puedes.
Porque te falta experiencia, puedes.
Porque no tienes sabiduría, puedes.
Porque te sientes solo en el mundo, puedes.
Porque cada día es un nuevo reto, puedes.
Porque las cosas te salen mal, puedes.
Porque parece que es imposible, puedes.
Siempre puedes si vas de la mano
del que todo lo puede.
Jesús mío, dame tu mano.
Discípulo mío, dame tu mano, porque puedes.
P. Lázaro Albar