Escuela de espiritualidad Capítulo 5. Segunda Parte. La conversión y los caminos de renovación

Escuela de espiritualidad Capítulo 5. Segunda Parte. La conversión y los caminos de renovación

La espiritualidad cristiana está marcada por un proceso de conversión. A medida que la conversión es mayor la espiritualidad es mayor. Toda la vida del cristiano es un camino de conversión y como en todo camino hay subidas y bajadas. La vida cristiana es vida dinámica. En el camino espiritual hay avances y retrocesos que van unidos a la alegría espiritual y al dolor interior.

«La persona humana vive distintos tiempos simultáneamente. Parece que logra su plenitud biológica en torno a los 25-28 años, y que a partir de esa edad comienza a declinar. La madurez psicológica, en cambio, depende de las circunstancias externas y de las propias actitudes internas. A los cincuenta años se puede tener una edad psicológica de seis, y a los veinte —excepcionalmente, es verdad— la madurez de un anciano. En cuanto a la madurez teologal del amor, ¿Cómo contabilizarla? Teresa de Lisieux parece alcanzarla a los veinticuatro años; y aquí andamos otros que nos pasamos decenios sin poder liberarnos de nuestro egocentrismo... Añadamos que los ritmos existenciales son diferentes» (Javier Garrido).

«La palabra «conversión» nos da a entender el camino global de la persona: lo moral (conducta) y lo religioso (orientación existencial de sentido). Las ciencias humanas nos ayudan a ver que la conversión se da en relación con la identidad personal.